Luchito: El Hambre que Casi lo Consume

A veces el abandono es tan profundo que la vida se consume a sí misma. 'Luchito' es el testimonio de eso. Fue encontrado en un estado de desnutrición tan severo, tan olvidado por el mundo, que el hambre lo obligó a comerse su propia manito. Era un esqueleto con piel, luchando por un minuto más de vida.

Míralo ahora. Las patas de Luchito ya no duelen. Corren libres por la finca, jugando con sus hermanos de manada. Su cuerpo recuperó la fuerza, pero lo más importante es que su corazón recuperó la confianza. Hoy, sus patitas solo conocen la hierba fresca y sus manos, ahora sanas, solo reciben el amor de la fundación.